¿Por qué necesitas otro perfume cuando bajan las temperaturas?

Una mirada experta sobre la estacionalidad, el comportamiento de las notas y la ventaja de la perfumería árabe

Cuando se acerca la temporada de otoño, es momento de revisar también tu elección de perfume. Un aroma debe adaptarse a las condiciones en las que va a usarse: esta es una de las reglas básicas que cualquier persona interesada en la perfumería debería conocer. En verano, cuando la piel está caliente y el ambiente saturado de calor, el perfume se despliega con mayor rapidez, intensidad y, a veces, incluso de forma abrumadora. Por eso, durante los meses cálidos, se suele optar por perfumes cítricos, afrutados o limpios: se difunden fácilmente, no cargan y resultan frescos. Pero en cuanto bajan las temperaturas, todo cambia. Con el aire más fresco, el perfume se difunde más lentamente, la piel lo retiene más tiempo y la atmósfera seca puede ahogar las notas ligeras. Por eso, al acabar la temporada de calor, se vuelven necesarios perfumes más estructurados y cálidos. No se trata de una cuestión de moda, sino de química y del comportamiento del aroma.

Es precisamente entonces cuando se abre paso una gama de ingredientes que en verano habrían resultado pesados: el ámbar, el almizcle, la vainilla, las resinas, las especias y la madera. La perfumería árabe está llena de aromas construidos sobre estas bases – no por tendencia, sino por adaptación climática – y sus fórmulas funcionan a la perfección cuando los días se enfrían. En la primavera de 2025, las casas de perfumería ya propusieron una gran variedad de perfumes para los meses frescos: desde nuevas combinaciones gourmand hasta composiciones orientales renovadas. Como suele ocurrir, las primeras creaciones que salen al mercado son las que marcan la pauta. Y todo lo que viene después, trata de alcanzar el nivel del original.

Los perfumes gourmand son una categoría en la que dominan notas inspiradas en lo comestible: vainilla, caramelo, pistacho, haba tonka, leche dulce, golosinas, frutos secos o café. Este tipo de aromas se lucen especialmente bien cuando el ambiente ya no es caluroso, ya que en temperaturas frescas las notas dulces no se descomponen ni empalagan: se mantienen estables, elegantes y de larga duración. En cambio, en plena ola de calor, estos ingredientes tienden a saturar el olfato o incluso “quemarse”. Por eso, es ahora cuando más sentido tienen. En la colección Gourmand de Smella solo encontrarás perfumes donde el dulzor tiene estructura. No basta con que sea agradable: debe tener una base sólida, una composición bien ejecutada y sin sobrecarga de notas artificiales. Pistacho, caramelo, haba tonka o leche dulce son algunos de los protagonistas, pero siempre seleccionados con criterio: no aceptamos aromas vacíos ni desequilibrados. Un perfume gourmand tiene que ser rico, sí, pero también refinado. Ese es nuestro estándar.

Los perfumes orientales y con base de ámbar suelen ser los preferidos para la noche o para ocasiones concretas. Son aromas construidos con intención: las primeras notas pueden ser potentes, pero la estructura siempre descansa sobre ámbar, resinas, sándalo, pachuli o almizcle. Son fórmulas que piden una piel más fría y un entorno más seco, porque su despliegue es más lento y sostenido. Estos perfumes no buscan impresionar de inmediato, sino dejar huella. En la colección Oriental / Ámbar de Smella seleccionamos únicamente aquellos que aportan profundidad sin caer en lo empalagoso. Si buscas un perfume para acompañarte en las tardes largas o para construir una identidad olfativa más sólida, aquí lo encontrarás.

Las fragancias especiadas cobran otro sentido cuando baja la temperatura. Aquí no se trata de dulzura, sino de carácter. Canela, pimienta, azafrán, clavo o jengibre – todos estos ingredientes tienen fuerza, pero su verdadera riqueza se manifiesta cuando se combinan con maderas o resinas. En la perfumería árabe, este equilibrio es habitual: la nota especiada no grita, sino que sostiene. La colección Especiados de Smella recoge esta idea. Aromas unisex, potentes, duraderos, que hablan por sí solos, sin necesidad de ser escandalosos.

Smella no sigue modas de TikTok ni ofrece cualquier perfume que aparezca en manos de revendedores. Nuestro principio es claro: cada perfume se prueba antes de ser aceptado. Si no tiene duración, si su composición se desmorona tras los primeros minutos, no entra en nuestro catálogo. Quienes nos conocen lo saben. Si un aroma forma parte de nuestras colecciones, es porque realmente lo merece. Nosotros elegimos calidad, no cantidad.